La resistencia a los antibióticos es uno de los desafíos globales más destacados para la salud pública. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), este fenómeno ya ha alcanzado niveles alarmantes en muchas partes del mundo.
La resistencia bacteriana ya comporta una pesada carga social y económica; estimándose que las infecciones por bacterias resistentes causan un total de 33.000 muertes anuales solo en la Unión Europea (UE) y más de 700.000 en todo el mundo.
En junio de 2017 se publicó el nuevo Plan de Acción de la UE sobre resistencia a los antibióticos, que tiene como objetivos fundamentales:
En 2014, y desde la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), se impulsó la creación de un plan estratégico y de acción para reducir el riesgo de selección y diseminación de resistencias a los antibióticos,movilizando a todos los profesionales involucrados y dando cumplimiento al requerimiento de la Comisión Europea.
Así se puso en marcha el Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN), que actualmente se encuentra en el final de su primera fase (2014-2018).
La segunda fase, que se desarrollará entre 2019 y 2021, está en proceso de aprobación por los grupos coordinadores.
Entre los avances más destacados de este plan nacional, coordinado con el apoyo permanente de los Ministerios de Sanidad y Agricultura, destacan hitos como:
La aprobación del Sistema Nacional de Vigilancia de Infecciones Relacionadas con la Asistencia Sanitaria (IRAS).
La implementación de los Programas de Optimización de Uso de Antibióticos (PROA) en hospitales y Atención Primaria.
En el área de sanidad animal destaca el desarrollo de:
Cuando se trata de I+D enfocada tanto en prevención y diagnóstico como en obtención de nuevas terapias antimicrobianas, vale la pena señalar la participación en:
El nuevo PRAN 2019–2021 mantiene como prioridades en materia de sanidad animal:
En el último informe ESVAC, publicado en octubre de 2018 y correspondiente a las ventas de antibióticos veterinarios en 2016:
España presentó un consumo total de 362 mg/PCU, siendo el segundo país con mayores ventas.
A pesar de esta posición en el ranking europeo, se observa un esperanzador descenso del 14 % en las ventas totales de antibióticos desde 2014 (año de inicio del PRAN), y un descenso individual de las ventas de tetraciclinas, macrólidos y, sobre todo, colistina.
Los datos correspondientes a las ventas de antibióticos veterinarios en 2017 están en proceso de validación, pero se prevé otro notable descenso que se correspondería con las medidas llevadas a cabo en el marco del PRAN durante ese año.
Con relación a la vigilancia de resistencias, la EFSA y el ECDC, por encargo de la Comisión Europea, recopilan y analizan cada año la información de todos los Estados miembros en relación a las zoonosis a las que cada país contribuye con un informe sobre la situación en su territorio.
Teniendo en cuenta los perfiles de multirresistencia, los resultados sitúan a España entre los 10 países con mayor número de cepas multirresistentes para las especies bacterianas analizadas, especialmente en los sectores del pavo y el cerdo.
La Agencia Europea del Medicamento (EMA) recomendó en 2013 realizar un uso responsable de la colistina en animales y limitar el uso de este antibiótico a animales enfermos, nunca como preventivo o profiláctico.
Además, la EMA subrayó la importancia de establecer un sistema adecuado de vigilancia de la resistencia a este antibiótico y controlar su uso en animales en función de la situación.
En julio de 2016 la EMA publicó el documento sobre el uso de colistina en la UE, donde se estableció un umbral máximo de uso de 5 mg/PCU, que los Estados miembros deberán alcanzar en un periodo de tres años, siendo deseable llegar a 1 mg/PCU.
Como respuesta a este documento, se reunieron en la sede de la AEMPS representantes de las asociaciones nacionales de veterinarios y profesionales del sector de producción porcina para crear el denominado Acuerdo para la Reducción Voluntaria del Consumo de Colistina en el Sector del Ganado Porcino.
Las asociaciones se comprometieron a:
Metas principales del Acuerdo para la Reducción Voluntaria del Consumo de Colistina en el Sector del Ganado Porcino:
Un total de 55 empresas se han adherido a este acuerdo durante los últimos dos años y han cumplido los compromisos establecidos, lo que supone una adhesión al programa de más del 80% de la producción del porcino nacional:
Los datos aportados hasta la fecha (años 2015, 2016 y 2017) reflejan que el consumo de colistina ha disminuido de 51,09 mg/PCU en 2015 a 7 mg/PCU a inicios de 2018, una reducción en el consumo del 86%.
El consumo de neomicina también ha sufrido un notable descenso, pasando de 38,83 mg/PCU en 2015 a 12 mg/PCU a inicios de 2018.
El consumo de apramicina se ha mantenido muy bajo y relativamente constante, con un pequeño aumento, lo cual indica que debe mantenerse la vigilancia de su consumo.
Desde el inicio del acuerdo, la implicación del sector ha sido total, constante y voluntaria. Esto ha supuesto una difusión masiva de la problemática que rodea al uso de la colistina en España y una mejora en el grado de concienciación muy importante de las empresas productoras.
Las empresas adheridas al acuerdo están mejorando la gestión de sus programas sanitarios enfocándolos a un uso prudente de colistina y evitando el uso alternativo de neomicina y apramicina.
Se está mejorando la bioseguridad y la higiene de las explotaciones y se está enriqueciendo el manejo de los animales más susceptibles de sufrir enfermedades infecciosas tratables con colistina, como los lechones y los cerdos de cebo.
A la luz del éxito obtenido con el Programa Reduce Colistina en porcino y tras evaluar el estado del resto de sectores en relación al consumo de antibióticos, el PRAN ha puesto en marcha acuerdos similares con los representantes de los principales sectores de producción animal (bovino, avicultura, cunícola, ovino y caprino).
Los objetivos de estos acuerdos son:
COMPROMISOS DE LOS ACUERDOS VOLUNTARIOS EN PRODUCCIÓN ANIMAL
Es importante destacar los compromisos que tienen que adoptar los diferentes integrantes de los acuerdos, ya que los sectores son multidisciplinares.
La colaboración de todos los implicados es muy necesaria para poner en marcha una serie de medidas urgentes y coordinadas frente a la resistencia en el ámbito local, nacional e internacional. Estas medidas implican el compromiso total de toda la ciudadanía y todos los profesionales que trabajan en las áreas de salud humana, sanidad animal y medio ambiente.
El denominado enfoque “One Health” o para “una única salud” es el único camino posible a seguir en la búsqueda de soluciones frente al problema de la resistencia. Conseguir que los antibióticos sigan funcionando está en manos de todos.