Las restricciones o la prohibición completa para el uso de antibióticos en pollos de engorde están en aumento, ya sea a través de la legislación (Europa) o de estrategias de marketing (Estados Unidos). En los Estados Unidos (EE.UU), los términos de RWA (“Raised Without Antibiotics”) o NAE (“No Antibiotics Ever”) son aceptados habitualmente para los pollos de engorde criados sin antibióticos. Si las afirmaciones RWA/NAE figuran en la etiqueta o en la publicidad, implica que no pueden utilizarse antibióticos de ningún tipo, ya sean reservados para medicina humana o no, y no podrán ser utilizados a lo largo de la vida del pollo.
Los principales problemas en los programas RWA/NEA son:
Adicionalmente, a pesar de que los productores y distribuidores de pollos RWA/NAE afirman que los lotes enfermos deben ser tratados, esto implica que los mismos no podrán ser comercializados como RWA/NAE. Esto genera presiones para los gerentes y veterinarios para dilatar el tratamiento de las aves afectadas hasta que las pérdidas sean severas, resultando en pérdidas económicas, empeoramiento del bienestar animal y un dilema ético y moral para el veterinario a cargo de las parvadas.
El impacto de este cambio parece tener gran variación entre operaciones, probablemente dependiendo de la calidad de la producción del huevo incubable, sanitización y manejo durante la incubación y crianza de los pollitos.
Es común observar un incremento de la mortalidad a los 7 días de vida de 0,5%-1% o más sobre el promedio acostumbrado. No hay una alternativa sencilla a los antibióticos para superar estos problemas. Sin embargo, la mayor parte de estas pérdidas podrían evitarse trabajando con diligencia y atención a los detalles. Los galpones de postura deben ser manejados para producir un huevo incubable limpio. Las instalaciones y procedimientos de almacenamiento, recogida y transporte de los huevos deben estar limpios y estar diseñados para minimizar el sudado de los huevos.
Todos los aspectos de limpieza y mantenimiento de la planta de incubación son cruciales. La ventilación, mantenimiento y operación de las máquinas específicas deben ser optimizadas para minimizar la ventana de eclosión y producir pollitos de mejor calidad. La vigilancia constante de los tiempos establecidos para la incubación y sacado de los pollitos de las máquinas deben producir un pollito que no esté mojado ni deshidratado.
Un manejo adecuado de la crianza es más crítico que nunca en el caso de la producción RWA/NAE.
Los programas de vacunación han sido difíciles de manejar a nivel comercial sin un apoyo farmacológico, y permitiendo que la coccidiosis clínica y la NE (generalmente debidas a un control inadecuado de la coccidiosis) se conviertan en un problema importante. Las vacunas empleadas, ya sean solas o junto con un apoyo farmacológico, deben ser frescas, con unos títulos altos y administradas cuidadosamente con el fin de vacunar al mayor número de pollitos desde el 1er día.
El estándar actual es la vacunación por aspersión con la ayuda de sustancias colorantes para estimular el acicalamiento de las plumas, luz brillante en sala de procesamiento y periodos definidos de espera antes del transporte. La administración por aspersión suele ser insuficiente debido a la irregularidad de la cobertura, con un porcentaje significativo de pollitos que se quedan sin inmunizar. El sistema de aspersión de gota gruesa usando un gel se ha desarrollado con el fin de mejorar la administración.
Se sabe que dosis pequeñas y repetidas inducen una mejor inmunidad que una dosis grande y única, siendo el reciclaje de las coccidias importante para generar inmunidad. Buenas prácticas durante la crianza son importantes para favorecer un reciclaje adecuado. La temperatura, iluminación, presentación de alimento y agua, y la calidad del aire favorecen el confort de los pollitos, la búsqueda de alimento y reducen el estrés. Los fabricantes de vacunas recomiendan mantener a los pollitos en el área de crianza durante un número de días específico para lograr un reciclaje adecuado. La humedad de la cama un factor importante para asegurar un buen reciclaje.
Dado que la inmunidad depende del reciclaje controlado de las cepas vacunales, es lógico pensar que una cama limpia sería lo ideal para los programas de vacunación, pero éste no es siempre el caso, ya que la cama reutilizada suele dar mejores resultados con las vacunas. Posiblemente, la cama nueva no favorece un reciclaje adecuado, o quizá la flora normal presente en la cama sea beneficiosa o puede que las coccidias que residen en ella favorezcan el desarrollo de una inmunidad sólida.
En los programas de marketing RWA/NAE que permiten el uso de coccidiostáticos sintéticos, el control de la coccidiosis es más fácil pero no exento de problemas asociados a la ausencia de ionóforos y antibióticos. Hay un número limitado de coccidiostáticos químicos disponibles, la mayoría son compuestos antiguos, y el suministro de estos a veces se ve limitado insuficiente disponibilidad, y algunos de ellos se asocian también al desarrollo de resistencias
Los productos químicos, especialmente los menos potentes como el amprolio, también pueden servir de apoyo para los programas de vacunación, aunque puede ser difícil determinar el mejor tiempo para su administración para evitar la supresión del desarrollo de inmunidad Alternativas no farmacológicas
Se ha comercializado un gran número de sustancias no farmacológicas como herramientas auxiliares o sustitutos de los coccidiostáticos o antibióticos profilácticos en la producción RWA/NAE. Estos compuestos incluyen:
El riesgo de la coccidiosis y la NE a menudo varía entre las granjas de un complejo de producción. Si la producción RWA/NAE abarca solo una parte de la producción, podría ser posible identificar a los productores con granjas de bajo riesgo y concentrar esta producción en ellos. Curiosa e inesperadamente, se ha observado un fenómeno en el que la eficiencia productiva desciende y la enfermedad entérica aumenta, incluso en granjas de bajo riesgo y con un buen manejo cuando estas granjas reciben lotes RWA/NAE repetidamente.
La introducción de lotes convencionales (con ionóforos y/o antibióticos profilácticos) en estas granjas a menudo resulta en una producción excelente, no solo para los lotes convencionales, sino también para los siguientes lotes RWA/NAE. La producción excelente en el primer lote convencional es fácil de entender, ya que la granja podría estar poblada con cepas vacunales de coccidias susceptibles a los coccidiostáticos existentes. La respuesta posterior y continua es más difícil de explicar, aunque se podría pensar que la alteración de la microbiota del galpón podría ser la responsable.
La Enteritis Necrótica (NE) se asocia típicamente a la coccidiosis, por lo que un control adecuado de esta última enfermedad prevendrá la mayoría de los problemas clínicos asociados a la NE. La NE subclínica y la disbacteriosis podría seguir siendo un problema, tanto en los programas que incluyen únicamente la vacunación y el uso de coccidiostáticos químicos, incluso en ausencia de la coccidiosis clínica.
El aporte de proteína cruda debe restringirse y la proteína usada debe ser de alta digestibilidad y valor biológico para minimizar la proteína residual que llega al intestino grueso.
El uso de dietas basadas exclusivamente en productos vegetales podría dificultar la restricción proteica. En estos casos podría ser beneficioso usar aminoácidos cristalinos para limitar la proteína cruda manteniendo a la vez un balance ideal de aminoácidos.
El uso de proteasas también puede ser útil y se ha sugerido que las proteínas animales deberían ser evitadas y que las dietas vegetales podrían ser necesarias, o al menos, ventajosas. Sin embargo, cuando es posible, el uso de una proteína animal de alta calidad y en proporciones moderadas, podría ser ventajoso en la producción RWA/NAE.
La harina de pescado tiene elevados niveles de zinc, glicina y metionina, que favorecen la proliferación de C. Perfringens y por lo tanto debe usarse cuidadosamente.
En comparación con el maíz, los granos pequeños como trigo, centeno, avena y cebada, con altos niveles de polisacáridos sin almidón son factores predisponentes. Las dietas molidas en forma muy fina también parecen predisponer al problema. Además, cualquier causa de irritación del intestino, causando secreción del moco o reducciones en de la digestión y absorción proteica podría predisponer a la NE. Esto puede ser el resultado de interrupciones en la alimentación, cambios bruscos en la composición de la dieta, micotoxinas, harina de soya poco o excesivamente cocida y taninos. Los programas RWA/NAE exitosos son costosos y el uso de una dieta de calidad es una parte de este encarecimiento.
A los clostridios no les agradan los entornos tanto ácidos como altamente alcalinos, por lo que la acidificación y otros tratamientos de la cama podrían ayudar. La acidificación del agua podría ser de utilidad, al igual que varias combinaciones de ácidos grasos volátiles de cadena corta (típicamente acético y propiónico), ácidos minerales (bisulfito de sodio), metionina y el yodo.
La prevención de enfermedades es ahora más importante que nunca y los protocolos de bioseguridad deben ser diseñados para minimizar todas las enfermedades. La ventilación, el agua, la cama, la iluminación y la presentación del alimento deberían ser manejados para reducir el estrés y desafíos respiratorios y a la barrera de la piel.
Los programas de vacunación, tanto para reproductoras como para pollos de engorde, particularmente contra las enfermedades inmunosupresoras (enfermedad de Marek, enfermedad de Gumboro y la anemia infecciosa aviar) y enfermedades respiratorias, deben ser robustos y la administración de las vacunas debe ser vigilada cuidadosamente. El tiempo de descanso entre parvadas durante el ciclo de producción es aún más crítico en los programas RWA/NAE comparado con los programas convencionales.
Fuente : https://avicultura.info/produccion-de-pollos-de-engorde-libre-de-antibioticos/